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El artista que ayudó a visibilizar la comunidad trans en los cómics

Una exposición en Art Basel Paris mostrará la obra de Nazario Luque Vera, cuyo cómic sobre una detective transgénero le convirtió en una importante figura contracultural en España.

A portrait of Nazario Luque Vera, informally sitting on a sofa, his hands behind his head.
El escritor, pintor y dibujante Nazario Luque Vera, cuyo trabajo en Anarcoma, un cómic homoerótico que dibujó y escribió, estará presente en un stand individual de la galería barcelonesa Bombon Projects en Art Basel Paris.Credit...Mariano Herrera para The New York Times

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Este año Art Basel Paris estrenará Premise, una nueva sección de exposiciones que pretende ser más inclusiva en el tipo de arte que suele exhibirse en las ferias de arte.

“Todos entendemos el canon del arte como algo muy rígido y cuyas definiciones pueden parecer impermeables”, dijo Clément Delépine, director de Art Basel Paris. Premise, dijo, era una oportunidad para centrarse en “formas de arte que se pasaban por alto o se infravaloraban”.

Un ejemplo de ello es la obra del escritor, pintor y dibujante Nazario Luque Vera, de 80 años, cuyo trabajo en Anarcoma, un cómic homoerótico que dibujó y escribió entre 1978 y 1986, se expondrá en un stand individual presentado por la galería barcelonesa Bombon Projects en Art Basel Paris. Anarcoma trata de una detective transgénero que intenta encontrar una máquina capaz de controlar el deseo sexual. Sus dibujos son explícitos y presentan personajes y temas de la comunidad LGBTQ que no solían verse en los cómics, y mucho menos en España, que acababa de salir de un régimen dictatorial. Delépine dijo que destacar la obra de Luque Vera era una oportunidad para recontextualizar el cómic como una verdadera forma de arte.

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Luque Vera dibujó y escribió el cómic Anarcoma sobre una detective transgénero entre 1978 y 1986.Credit...Mariano Herrera para The New York Times

Anarcoma apareció por primera vez en Rampa, una revista española dedicada al erotismo. En 1979, después de tres números, se convirtió en una presencia regular en El Víbora, una popular revista de contracultura. Hacer el cómic para un público general, no específicamente homosexual —aunque viniera de un entorno underground—, fue motivo de orgullo para Luque Vera, quien dijo que quería contribuir a normalizar la homosexualidad.

En una entrevista en video, Luque Vera habló de su obra y de su próxima exposición en Art Basel Paris. La entrevista, realizada en español, ha sido editada y condensada.

¿Qué sintió ante la oportunidad de mostrar su trabajo en Art Basel Paris?

Bueno, fue una sorpresa porque yo antes había participado algunas veces en ARCO, no como dibujante de cómic, sino como pintor. Y ahora participar en la Basel como dibujante de cómic para mí es todo un hándicap. Una suerte casi.

¿En qué se enfoca por estos días?

Hubo un momento en que dejé de dibujar cómics y me dediqué a pintar cuadros hiperrealistas. Luego dejé de pintar cuadros y me puse a escribir. Siempre he escrito, toda la vida, pero me dediqué exclusivamente a la escritura. Tengo como cuatro libros publicados, autobiográficos. Para el año que viene la editorial Anagrama Madrid me editará otro libro más. Con mi edad, lo de escribir es mucho más cómodo, fácil, y me gusta más que pintar.

¿Cuál fue su primer contacto con el cómic?

En Sevilla hay una base americana. Uno que trabajaba en la base, leía estos cómics MAD y luego los vendía. Lo encontré. Yo no sabía inglés, pero aquel tipo de dibujo me gustó mucho y empecé a dibujar con ese estilo. Ya más tarde conocí a Clay Wilson, Crumb y Shelton.

¿Su familia apoyaba su arte?

Mi padre era campesino. Yo estudié para ser profesor. Por supuesto que no le gustaba nada que yo dejara mi profesión de profesor, de maestro de alfabetización para adultos. Era venirme a Barcelona y dejar el trabajo y dedicarme a dibujar cómics a una vida un poco en una comuna, con el pelo largo. Esto no le gustaba mucho.

¿Fue en Barcelona donde se sintió por primera vez parte de una comunidad gay?

Yo tengo un libro, Sevilla y la casita de las pirañas, que es toda mi vida, de los comienzos de mi homosexualidad en Sevilla. Y en Barcelona, pues sí. Sintiéndome y viviendo mi vida homosexual. Mis amigos undergrounders eran todos heterosexuales, solo yo era homosexual. Pero todos me respetaban.

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Esta ilustración de Luque Vera se utilizó para la portada de El Víbora, en 1985. En ella aparecen su personaje Anarcoma y su amante robot XM2.Credit...Nazario Luque Vera

¿En qué se inspiró para crear a Anarcoma?

Yo me eduqué en un colegio de curas. Tenía problemas religiosos y mis primeros cómics fueron un poco denunciando esta educación religiosa y esta represión de los homosexuales tanto por la sociedad como por la familia y la religión. Ya cuando llegaron los 80 pensé que tenía que expresar mi homosexualidad de una forma más lúdica. Y fue cuando decidí inventar este personaje de Anarcoma.

¿Cómo concibió el personaje en un principio?

En principio pensé en un personaje masculino como detective, pero ya había muchos detectives hombres. ¿Mujer? Tampoco me interesaba porque estaba Barbarella, estaba Modesty Blaise, y entonces yo de pronto pensé que que un travesti podía ser perfecto para hacer de detective, para hacer mi personaje e introducirse en todo este ambiente como una excusa. Un poco como hizo en su día Jean Genet, retratando los bajos fondos de Barcelona. Esto fue antes de las Olimpiadas y muchos clubs y discotecas de homosexuales para bailar, todo esto desapareció a partir de los 90, cuando las Olimpiadas.

¿Cómo fue recibida la historia?

Todo esto es divertido pero lo más importante es hacer hincapié en que esto se publicó en la revista El Víbora, una revista heterosexual. Anarcoma es descaradamente homosexual y a todos los públicos de España llegaron a esta revista. La gente, tanto heterosexual como homosexual, le gustaba la revista y se vendía muy bien. Esto para mí fue un orgullo. Nunca me gustó dibujar para una revista gay. Siempre preferí una revista heterosexual porque se podía hacer un trabajo mucho más de reivindicar la homosexualidad.

¿Hubo alguna vez problemas con el sexo representado en el cómic?

Preocupó en Estados Unidos. Cuando se editó la versión en inglés, prohibieron venderla en los sitios normales. Solo se podía vender en sex shops y plastificada. Tuvo problemas en Alemania, donde hubo una denuncia en Baviera. Pero en general en Italia, Francia, Holanda, no hubo ningún problema con el sexo. Ni aquí en España tampoco.

¿Te enfrentaste a restricciones editoriales?

Yo tenía carta blanca para hacer lo que me apetecía hacer.

¿Hubo muchas reacciones por parte de los lectores?

Hay muchos homosexuales que me han dado las gracias porque vivían en provincias donde no era fácil la vida homosexual. Leían Anarcoma en El Víbora y les resultaba como una liberación para ellos, como una normalización, el ver que la homosexualidad se podía retratar tan, tan abiertamente. Esto para mí es muy satisfactorio.

Nunca he ocultado mi homosexualidad y esto un poco contribuyó a que me dieran las menciones como la Medalla de Oro de las Bellas Artes o esta mención última del Ministerio de Cultura por el trabajo para la normalización de la homosexualidad.

¿Su padre se dio cuenta alguna vez de los logros que alcanzó?

Mi padre leyó en la prensa que hablaban de mí como “el gran artista de la contracultura”. Esto le molestó porque él decía que se había gastado mucho dinero para que yo tuviera una cultura. Y esto de que yo fuera considerado como héroe de la contracultura no le hacía mucha gracia. Mi madre sí pudo ver mis exposiciones antológicas y quedó muy orgullosa de mí.

George Gene Gustines lleva más de dos décadas escribiendo sobre cómics para el Times. Más de George Gene Gustines

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